Mujeres, género y política en la historia reciente.
Mujeres, género y política en la historia reciente. Notas para un balance de la investigación y la bibliografía. |
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En el proceso de consolidación de un campo de estudio dedicado a investigar el pasado reciente, los estudios de género realizan un aporte significativo. Si bien la mayoría de los estudios sobre las décadas del 60 y 70 se han centralizado en la descripción y análisis de temáticas tales como la movilización política y sindical, las organizaciones políticas armadas y no armadas, la implementación del terrorismo de Estado, la reestructuración económica o los cambios culturales, en los últimos años han comenzado a divulgarse trabajados sobre el período que incorporan en sus análisis históricos, la perspectiva de género. | |
La consolidación de área de investigación | |
El año 1996 puede considerarse un punto de inicio a partir del cual comenzó a elaborarse una reflexión más sistemática acerca de la traumática experiencia dictatorial iniciada el 24 de marzo de 1976. Los diversos actos que se organizaron entonces para conmemorar el 20º aniversario de ese golpe de Estado –se destaca sobre todo la multitudinaria marcha que tuvo lugar en Buenos Aires– dan cuenta de cierta maduración social para poder decir y poder escuchar de manera más abierta lo acontecido en aquellos años de silencio y muerte. En torno a esa fecha aniversario, marcada por un fuerte clima de interrogación sobre el pasado reciente, se observa la edición de una plétora de textos dedicados a narrar, en clave testimonial y periodística, historias de vida atravesadas por la militancia revolucionaria de los años 60 y 70 y el terrorismo de Estado. Los libros publicados en el último lustro de la década del noventa recuperan mayoritariamente las experiencias militantes de los varones comprometidos con la lucha armada y en cuyos relatos se evidencia la necesidad de explicar la derrota del proyecto revolucionario. También deben considerarse los trabajos dedicados a reunir documentos de las organizaciones político-armadas, notas periodísticas de época sobre ellas, y demás fuentes primarias referidas a cuestiones vinculadas a esa etapa de la historia argentina.
En ese coro de voces masculinas, se distingue el libro de la periodista Marta Diana, Mujeres guerrilleras . La razón que la impulsó a escribir sobre las experiencias de las militantes de las organizaciones político-armadas fue la noticia tardía sobre la desaparición de su mejor amiga del colegio secundario cordobés. Su libro parte de una pregunta: ¿qué motivos pudieron guiar a su entrañable compañera, “una muchacha pacífica, estudiosa” hacia la lucha armada? En su afán por entender esa decisión, Diana recupera los testimonios de otras mujeres que optaron por el mismo camino que su amiga desaparecida. Sus entrevistas permitieron trazar un primer panorama de la militancia femenina en aquellos convulsionados años; una temática escasamente tratada hasta entonces. Es a partir del año 2000 que se observa en el corpus de las literaturas periodística y testimonial dedicadas al pasado reciente la emergencia de numerosos textos que recuperan el decir femenino. Se trata de relatos de mujeres que narran sus propias historias o de mujeres que prestan su pluma para narrar las experiencias de otras que participaron de la política revolucionaria. En ellos, como lo había manifestado de manera incipiente Marta Diana en su pionero trabajo, son puestos de relieve aspectos de la vida militante, hasta entonces ausentes u opacados. Temas como el amor y las relaciones amorosas –en todas sus vertientes–, la vida cotidiana, la sexualidad, y sobre todo las tensiones, las vacilaciones y las contradicciones que la militancia les planteaba a estas mujeres comienzan a tener su lugar en estos relatos y permiten pensar ese “mundo de la militancia” como un estado de vida más complejo y diverso que entra en discusión con otras narraciones –masculinas, en su mayoría– que solían presentarlo casi sin fisuras, homogéneo. La abundante bibliografía de corte testimonial y periodístico contrastaba, para la misma fecha, con los aportes de la historiografía al análisis y la reflexión sobre la historia reciente, más bien escasos. Existieron ciertos reparos desde el campo de la historia profesional para abordar ese pasado, tal vez demasiado cercano para el canon historiográfico de entonces. Sin embargo, esas reservas parecen haberse superado por el impulso de las generaciones de historiadores e historiadoras más jóvenes quienes junto a la guía, el apoyo y el trabajo de otros colegas más experimentados, han transformado sus intereses en el cimiento necesario sobre el cual se asienta y consolida una nueva área de la investigación histórica dedicada a explorarlo. Sin lugar a dudas, en este proceso de consolidación han resultado decisivos las enormes contribuciones de la historia oral y los trabajos en torno a la memoria. Hoy, la historia reciente es una temática que ha aglutinado a investigadores en centros de estudios y equipos de trabajos en diversas instituciones académicas y el objeto de estudio de un número importante de tesis en curso (ya de grado; ya de posgrado). En torno a ella se organizan jornadas, coloquios, encuentros y las colecciones de historia argentina recientemente editadas lo han incorporado en sus tomos. La experiencia en el Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras. En el proceso de consolidación de un campo de estudio dedicado a investigar el pasado reciente, los estudios de género realizan un aporte significativo. Si bien la mayoría de los estudios sobre las décadas del 60 y 70 se han centralizado en la descripción y análisis de temáticas tales como la movilización política y sindical, las organizaciones políticas armadas y no armadas, la implementación del terrorismo de Estado, la reestructuración económica o los cambios culturales, en los últimos años han comenzado a divulgarse trabajados sobre el período que incorporan en sus análisis históricos, la perspectiva de género. Éstos, además de recuperar para las mujeres su condición de actores políticos, contribuyen a complejizar, completar y renovar la historia de esa época crucial de la Argentina. En tal sentido, un análisis de género posibilita “resignificar los alcances y los límites de las políticas revolucionarias, reinterpretar las prácticas de violencia institucional, reconceptualizar el sentido y el terreno de las resistencias, visualizar los múltiples espacios de conflicto, y de revelar los complejos mecanismos de poder y representación”. Desde el año 2000, en el Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (IIEGE) de la Facultad de Filosofía y Letras, el grupo “Mujeres, política y diversidad en los ‘70”, del que formo parte, se dedica a explorar el pasado reciente. Inquietudes comunes tales como la insuficiente producción historiográfica sobre el período y la necesidad de contar con una historia que lo piense y lo analice; la ausencia en los relatos (académicos o no) de las múltiples formas de participación de las mujeres y sobre todo de una reflexión de género dieron lugar a su conformación. La labor desarrollada por este equipo de historiadoras ha prosperado en estimulantes propuestas académicas. Así, el IIEGE, junto al Museo Roca, ha organizado dos exitosas jornadas de reflexión dedicadas a explorar los vínculos entre la historia, el género y la política en los 70- las primeras en el año 2004, las segundas en 2006-; además de la publicación un libro, cuya edición compartió con la editorial Feminaria. Un análisis comparativo entre ambas jornadas puede resultar un ejercicio muy útil para sopesar la evolución de los aportes de los estudios de género a la reflexión sobre la historia reciente. Desde una perspectiva puramente cuantitativa, las 31 ponencias presentadas en el evento de 2004 se duplicaron en el segundo. Este crecimiento da cuenta de una doble consolidación, la del IIEGE como un espacio abierto para la reflexión sobre el pasado reciente y la de los estudios de género como un área generadora de esa reflexión. Cualitativamente, son muchos los aspectos a ser considerados. Respecto de los asuntos tratados, en el primero, numerosos trabajos discutidos allí, giraron en torno a la condición de las mujeres en tanto militantes políticas y, sobre todo, a su papel en las organizaciones político-armadas del período, fundamentalmente Montoneros y el PRT-ERP. Esta “preferencia temática”, admite ser pensada como un primer momento de la investigación en la que parecía necesario hacer visibles a las mujeres en las narraciones y análisis históricos sobre los años 70 y cuestionar ciertas imágenes sobre la militancia revolucionaria del período y sus organizaciones construidas a partir de testimonios masculinos. En el segundo, varias ponencias trataron la cuestión. Sin embargo, la mayoría de ellas lograron superar el escalón de la visibilización para establecer relaciones con otros aspectos que condicionaban la militancia política y eran condicionados por ella. Las relaciones de pareja, familiares y de amistad o cuestiones vinculadas con la sexualidad fueron algunos de los ejes tomados en cuenta en varios textos. Así, el tema de la militancia política, tan preponderante en 2004, maduró dos años después en la formulación de nuevas preguntas que parecen correr el foco de la investigación hacia un análisis social de las experiencias políticas. Y si bien en las primeras jornadas la sexualidad y las políticas sexuales, las relaciones interpersonales –en ámbitos domésticos o políticos– tuvieron su lugar, en las segundas, estos asuntos lograron una mayor preponderancia. Por otro lado, la militancia fue el puntapié para indagar otros aspectos como las experiencias de las mujeres en las cárceles del régimen penitenciario o en el exilio, aspectos que no se desarrollaron en las ponencias de 2004 y que en 2006 provocaron un interesante debate. Vinculados con el eje de la militancia, se presentaron en ambas reuniones varios textos dedicados a explorar la historia del feminismo argentino en los años 60 y 70 y sus posibles conexiones con otras experiencias políticas insurgentes del período. En este punto, estas investigaciones en curso intentan reparar ciertos olvidos de la historiografía local que poco ha recorrido la historia de feminismo en la Argentina reciente, en tanto movimiento político y contracultural. También se incrementó de un evento a otro, la cantidad de trabajos dedicados a estudiar la historia reciente a partir de las realidades sociopolíticas de las provincias. En todos los casos se trató de ejercicios que recuperaron por un lado, acontecimientos políticos y sociales importantes en la vida de aquellas; por otro, la participación y el accionar de las mujeres en ellos. En consonancia con el espíritu interdisciplinario del Instituto, tanto en las primeras como en las segundas jornadas se presentaron varios trabajos provenientes de áreas como la crítica literaria, el cine y las artes plásticas en las que se observa un importante desarrollo de la investigación sobre el período. Finalmente, la presencia de investigadoras de otras academias latinoamericanas es el último aspecto que merece ser mencionado. Sus presentaciones como los debates posteriores indican que existe un estimulante camino por recorrer de manera conjunta para abordar ese traumático pasado también desde una perspectiva regional. |
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NOTAS
Solo a manera de ejemplo: Luis Mattini, Hombre y mujeres del PRT-ERP: la pasión militante , Buenos Aires, Contrapunto, 1990 [obra reedita por la Editorial de la Campana, cita en la ciudad de La Plata en 1995]; Eduardo Anguita y Martín Caparrós, La Voluntad , Buenos Aires, Norma, 1997; Miguel Bonasso, El presidente que no fue. Los archivos ocultos del peronismo , Buenos Aires, Planeta, 1997; Ernesto Jauretche,Violencia y política en los 70 , Buenos Aires, Ediciones del Pensamiento Nacional, 1997; Roberto C. Perdía, La otra historia. Testimonio de un jefe montonero , Fuerte General Roca, Editorial Agora, 1997; Ernesto Jauretche y Gregorio Levenson, Historia de la Argentina revolucionaria , Buenos Aires, Ediciones del Pensamiento Nacional, 1998; Gonzalo Chaves y Jorge Lewinger, Los del 73. Memoria montonera , La Plata, Editorial de la Campana, 1999; María Seoane, Todo o nada. La historia secreta y pública del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho , Buenos Aires, Planeta, 1990; Marcelo Larraquy y Roberto Caballero, Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA , Buenos Aires, Norma, 2000Gustavo Vaca Narvaja y Fernando Frugoni, Fernando Vaca Narvaja, con igual ánimo , Buenos Aires, Colihue, 2002. De todas estas obras, la de Anguita y Caparrós se distingue por factura, densidad y efectos en el debate público. Se trata del primer intento por reconstruir una historia sobre la militancia política de los años sesenta y setenta, alejada, sin embargo de la impronta militante. Deben mencionarse además por su carácter inaugural los libros de Pablo Giussani, Pablo, Montoneros, la soberbia armada , Buenos Aires, Sudamericana, 1984 y Juan Gasparini, Montoneros, final de cuentas , Buenos Aires, Puntosur, 1988. Se destacan sobre todo los trabajos de Roberto Baschetti, De la guerrilla peronista al gobierno popular: documentos 1970-1973, La Plata, Editorial de la Campana, 1995; Documentos 1973-1976 , La Plata, Editorial de la Campana, 1996;Documentos de la resistencia peronista, 1955-1970 , La Plata, Editorial de la Campana, 1997. Marta Diana, Mujeres guerrilleras , Buenos Aires, Planeta, 1997. Se pueden señalar: M. Actis, G. Aldini, L. Gardekis, M. Lewin, E. Tokar, Ese infierno. Conversaciones de cinco mujeres sobrevivientes de la ESMA , Buenos Aires, Sudamericana, 2001; Noemí Ciollaro, Pájaros sin luz. Testimonios de mujeres de desaparecidos , Buenos Aires, Planeta, 1999; Laura Giussani, Buscada. Lili Massaferro: de los dorados años cincuenta a la militancia montonera , Buenos Aires, Norma, 2005; Adriana Robles, Perejiles. Los otros montoneros , Buenos Aires, Colihue, 2004; Marisa Sadi, Montoneros. La resistencia después del final , Buenos Aires, Nuevos Tiempos, 2004; Gabriela Saidon, La Montonera. Biografía de Norma Arrostito , Buenos Aires, Sudamericana, 2005; Cristina Zuker,El tren de la victoria, una saga familiar , Buenos Aires, Sudamericana, 2003; Nosotras, presas políticas , Buenos Aires, Nuestra América, 2006; La Lopre, Memorias de una presa política , Buenos Aires, Norma. 2006. Las escasas obras académicas provinieron sobre todo de la sociología y la ciencia política. Se indican las siguientes: Claudia Hilb y Daniel Lutzky, La nueva izquierda argentina, 1960-1980: Política y violencia , Buenos Aires, CEAL, 1984; María Matilde Ollier, El fenómeno insureccional y la cultura política, 1969-1973 , Buenos Aires, CEAL, 1986 y La creencia y la pasión. Privado, público y político en la izquierda revolucionaria , Buenos Aires, Ariel, 1998; Judith Filc, Entre el parentesco y la política. Familia y dictadura, 1976-1983 , Buenos Aires, Biblos, 1997; Pucciarelli, Alfredo (ed.), La primacía de la política: Lanusse, Perón y la nueva izquierda en tiempos del GAN , Buenos Aires, Eudeba, 1999. Si se toma como ejemplo las producciones académicas en torno a Montoneros observamos una meseta prolongada entre el ya clásico trabajo de Richard Gillespie, Soldados de Perón. Los Montoneros , Buenos Aires, Grijalbo, 1987; un artículo de Carlos Altamirano “Montoneros” en Altamirano, Carlos,Peronismo y cultura de izquierda , Buenos Aires, Temas Grupo Editorial, 2001 y las recientes publicaciones de dos tesis de maestrías devenidas en libros: Gabriela Esquivada, Gabriela, El diario Noticias. Los Montoneros en la prensa argentina , La Plata, EPC- Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata, 2004 y Lucas Lanusse,Montoneros. El mito de sus doce fundadores , Buenos Aires, Vergara, 2005. En el año 1996, el historiador Luis Alberto Romero afirmaba en una nota de opinión publicada en el diario Clarín : “La historia termina hace cincuenta años; lo que sigue es política. La historia debe atenerse a los hechos, a lo realmente ocurrido; lo demás es filosofía”. [“Para que sirve la historia”, Clarín , 11 de octubre de 1996]. Un año más tarde opinaba en el mismo periódico: “Los setenta se han puesto de moda. En estos días, varios libros de éxito nos traen las voces de sus actores, de quienes los conocieron o secundaron, de los que integraban el coro y de quienes los reprimieron. Para justificarse o para vender libros, todos exponen su verdad (…) Se reclama a los historiadores que digan algo, y los historiadores tienen algo que decir: tienen una tarea y una responsabilidad. Lo que sin duda no tienen es la última palabra, pues lo que está en juego es algo más que la historia científica: se trata de la memoria y la conciencia de la sociedad. (…) A todo profesional la disciplina lo ayuda a separar la paja del trigo, a constatar que ocurrió realmente, a veces contra la memoria de los propios protagonistas, a establecer los criterios de verdad, los márgenes de lo opinable. En estos términos, no tenemos todavía una buena historia de los setenta”. [ “Nos falta una buena historia de los años setenta”, Clarín , 15 de mayo de 1997]. En el año 1994, la historiadora Hilda Sabato fue interrogada por la ausencia de trabajos consistentes sobre “los setenta”. Ella respondió: “No tengo una explicación acerca de por qué esto es así, aunque sí tengo una justificación autobiográfica. Lo cierto es que son pocos los historiadores que han trabajado sobre los últimos cincuenta años de historia argentina, y habría que ver por qué. Sobre el período del ’76 en adelante es muy importante no sólo que los historiadores y los intelectuales reflexionen, sino que esta reflexión se extienda a toda la sociedad. Fue una experiencia durísima y que nos ha marcado de la peor manera; si no volvemos sobre eso, va a ser muy difícil saber dónde estamos parados. No tengo pensado por qué quienes estamos en edad de hacer ese tipo de trabajo no lo estamos generando. En lo personal, tengo una dificultad para mirar ese período, no sólo como historiadora, sino como intelectual, como una persona con intereses políticos y hasta como simple argentina (…) Quizás la generación que sigue a la nuestra pueda encarar esa exploración con preguntas que estén un poco más despegadas de la experiencia personal”. En: Roy Hora y Javier Trímboli, Pensar la Argentina. Los historiadores hablan de historia y política , Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 1994, p.103. Debe subrayarse la tarea desarrollada por Elizabeth Jelin en el Núcleo Memoria inscripto en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES) y por la colección de libros Memorias de la Represión que reúne los resultados del Programa desarrollado por el Panel Regional de América Latina del Social Science Research Council que ella dirigió junto a Carlos Degregori. Ver: Marcos Novaro y Vicente Palermo, Historia Argentina 9. La dictadura militar , Buenos Aires, Paidós, 2003; Juan Suriano (dir.), Nueva Historia Argentina. Dictadura y Democracia (1976-2001) , tomo X, Buenos Aires, Sudamericana, 2005. El Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género es dirigido por la Dra. Dora Barrancos. Y la Dra. Nora Domínguez es su Secretaria Académica. A. Andujar, N. Domínguez, K. Grammático, et. al. (comps.),Historia, género y política en los ’70, Buenos Aires, Feminaria, 2005, p.14 Forman el grupo: Andrea Andujar, Débora D’antonio, Fernanda Gil Lozano, Valeria Pita, María Laura Rosa, Alejandra Vasallo y Karin Grammático. Con el respaldo de D. Barrancos y N. Domínguez, y la habitual generosidad de la Lic. María Inés Rodríguez, directora del Museo Roca, se desarrollaron en la sede de esa institución, lasJornadas de Reflexión Historia, Género y Política en los ’70 , tanto en el año 2004 como en el año 2006. En ambas contamos con la colaboración del equipo del IIEGE, Archivo Palabras e Imágenes de Mujeres (APIM), dirigido por la Dra. Mirta Lobato que expuso las muestras fotográficas: “Mujeres en acción: política y feminismos en la década de 1970” (2004) y “De pantalones anchos y vincha… Mujeres y militancia política en los ‘70” (2006). Participaron, entre otras, Graciela Sapriza, de Uruguay, Maria Lygia Quartim de Moraes y Ana María Collings, de Brasil, y Brenda Rodríguez Ramírez, de México. También estuvo presente en las jornadas del año 2006, la prestigiosa historiadora norteamericana Temma Kaplan quien dictó una conferencia magistral sobre cuestiones vinculadas al género y la memoria en el contexto latinoamericano. A. Andujar, N. Domínguez, K. Grammático, et. al. (comps.), op. cit. p.16 |
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A modo de cierre | |
A partir de este recuento pormenorizado de las actividades llevadas adelante por el IIEGE se puede trazar un panorama tentativo de los aportes realizados por los estudios de género en la historia reciente y del cual se desprende una posible agenda de la que merecen subrayarse los siguientes ítems:
* El desarrollo de una historia social de la militancia política de los años sesenta y setenta. * El afianzamiento del vínculo con otras áreas de género de universidades latinoamericanas a fin de construir un espacio de investigación y reflexión de las experiencias históricas del pasado reciente de América Latina desde una perspectiva regional. * La reconstrucción de experiencias políticas como las del feminismo u otros movimientos de mujeres que hasta el momento han sido poco tratadas por la historiografía local. Finalmente retomo las palabras del grupo “Mujeres, política y diversidad en los ‘70” propósito de la edición del ya citado libroHistoria, Género y Política en los ’70 ; “la búsqueda hacia el pasado de esas presencias femeninas no es sólo parte de una labor intelectual. Es, más bien, la consecución de un deseo de arrojar luz sobre nuestras propias presencias y nuestros propios lazos con ese pasado”. |
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NOTAS
Solo a manera de ejemplo: Luis Mattini, Hombre y mujeres del PRT-ERP: la pasión militante , Buenos Aires, Contrapunto, 1990 [obra reedita por la Editorial de la Campana, cita en la ciudad de La Plata en 1995]; Eduardo Anguita y Martín Caparrós, La Voluntad , Buenos Aires, Norma, 1997; Miguel Bonasso, El presidente que no fue. Los archivos ocultos del peronismo , Buenos Aires, Planeta, 1997; Ernesto Jauretche,Violencia y política en los 70 , Buenos Aires, Ediciones del Pensamiento Nacional, 1997; Roberto C. Perdía, La otra historia. Testimonio de un jefe montonero , Fuerte General Roca, Editorial Agora, 1997; Ernesto Jauretche y Gregorio Levenson, Historia de la Argentina revolucionaria , Buenos Aires, Ediciones del Pensamiento Nacional, 1998; Gonzalo Chaves y Jorge Lewinger, Los del 73. Memoria montonera , La Plata, Editorial de la Campana, 1999; María Seoane, Todo o nada. La historia secreta y pública del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho , Buenos Aires, Planeta, 1990; Marcelo Larraquy y Roberto Caballero, Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA , Buenos Aires, Norma, 2000Gustavo Vaca Narvaja y Fernando Frugoni, Fernando Vaca Narvaja, con igual ánimo , Buenos Aires, Colihue, 2002. De todas estas obras, la de Anguita y Caparrós se distingue por factura, densidad y efectos en el debate público. Se trata del primer intento por reconstruir una historia sobre la militancia política de los años sesenta y setenta, alejada, sin embargo de la impronta militante. Deben mencionarse además por su carácter inaugural los libros de Pablo Giussani, Pablo, Montoneros, la soberbia armada , Buenos Aires, Sudamericana, 1984 y Juan Gasparini, Montoneros, final de cuentas , Buenos Aires, Puntosur, 1988. Se destacan sobre todo los trabajos de Roberto Baschetti, De la guerrilla peronista al gobierno popular: documentos 1970-1973, La Plata, Editorial de la Campana, 1995; Documentos 1973-1976 , La Plata, Editorial de la Campana, 1996;Documentos de la resistencia peronista, 1955-1970 , La Plata, Editorial de la Campana, 1997. Marta Diana, Mujeres guerrilleras , Buenos Aires, Planeta, 1997. Se pueden señalar: M. Actis, G. Aldini, L. Gardekis, M. Lewin, E. Tokar, Ese infierno. Conversaciones de cinco mujeres sobrevivientes de la ESMA , Buenos Aires, Sudamericana, 2001; Noemí Ciollaro, Pájaros sin luz. Testimonios de mujeres de desaparecidos , Buenos Aires, Planeta, 1999; Laura Giussani, Buscada. Lili Massaferro: de los dorados años cincuenta a la militancia montonera , Buenos Aires, Norma, 2005; Adriana Robles, Perejiles. Los otros montoneros , Buenos Aires, Colihue, 2004; Marisa Sadi, Montoneros. La resistencia después del final , Buenos Aires, Nuevos Tiempos, 2004; Gabriela Saidon, La Montonera. Biografía de Norma Arrostito , Buenos Aires, Sudamericana, 2005; Cristina Zuker,El tren de la victoria, una saga familiar , Buenos Aires, Sudamericana, 2003; Nosotras, presas políticas , Buenos Aires, Nuestra América, 2006; La Lopre, Memorias de una presa política , Buenos Aires, Norma. 2006. Las escasas obras académicas provinieron sobre todo de la sociología y la ciencia política. Se indican las siguientes: Claudia Hilb y Daniel Lutzky, La nueva izquierda argentina, 1960-1980: Política y violencia , Buenos Aires, CEAL, 1984; María Matilde Ollier, El fenómeno insureccional y la cultura política, 1969-1973 , Buenos Aires, CEAL, 1986 y La creencia y la pasión. Privado, público y político en la izquierda revolucionaria , Buenos Aires, Ariel, 1998; Judith Filc, Entre el parentesco y la política. Familia y dictadura, 1976-1983 , Buenos Aires, Biblos, 1997; Pucciarelli, Alfredo (ed.), La primacía de la política: Lanusse, Perón y la nueva izquierda en tiempos del GAN , Buenos Aires, Eudeba, 1999. Si se toma como ejemplo las producciones académicas en torno a Montoneros observamos una meseta prolongada entre el ya clásico trabajo de Richard Gillespie, Soldados de Perón. Los Montoneros , Buenos Aires, Grijalbo, 1987; un artículo de Carlos Altamirano “Montoneros” en Altamirano, Carlos,Peronismo y cultura de izquierda , Buenos Aires, Temas Grupo Editorial, 2001 y las recientes publicaciones de dos tesis de maestrías devenidas en libros: Gabriela Esquivada, Gabriela, El diario Noticias. Los Montoneros en la prensa argentina , La Plata, EPC- Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata, 2004 y Lucas Lanusse,Montoneros. El mito de sus doce fundadores , Buenos Aires, Vergara, 2005. En el año 1996, el historiador Luis Alberto Romero afirmaba en una nota de opinión publicada en el diario Clarín : “La historia termina hace cincuenta años; lo que sigue es política. La historia debe atenerse a los hechos, a lo realmente ocurrido; lo demás es filosofía”. [“Para que sirve la historia”, Clarín , 11 de octubre de 1996]. Un año más tarde opinaba en el mismo periódico: “Los setenta se han puesto de moda. En estos días, varios libros de éxito nos traen las voces de sus actores, de quienes los conocieron o secundaron, de los que integraban el coro y de quienes los reprimieron. Para justificarse o para vender libros, todos exponen su verdad (…) Se reclama a los historiadores que digan algo, y los historiadores tienen algo que decir: tienen una tarea y una responsabilidad. Lo que sin duda no tienen es la última palabra, pues lo que está en juego es algo más que la historia científica: se trata de la memoria y la conciencia de la sociedad. (…) A todo profesional la disciplina lo ayuda a separar la paja del trigo, a constatar que ocurrió realmente, a veces contra la memoria de los propios protagonistas, a establecer los criterios de verdad, los márgenes de lo opinable. En estos términos, no tenemos todavía una buena historia de los setenta”. [ “Nos falta una buena historia de los años setenta”, Clarín , 15 de mayo de 1997]. En el año 1994, la historiadora Hilda Sabato fue interrogada por la ausencia de trabajos consistentes sobre “los setenta”. Ella respondió: “No tengo una explicación acerca de por qué esto es así, aunque sí tengo una justificación autobiográfica. Lo cierto es que son pocos los historiadores que han trabajado sobre los últimos cincuenta años de historia argentina, y habría que ver por qué. Sobre el período del ’76 en adelante es muy importante no sólo que los historiadores y los intelectuales reflexionen, sino que esta reflexión se extienda a toda la sociedad. Fue una experiencia durísima y que nos ha marcado de la peor manera; si no volvemos sobre eso, va a ser muy difícil saber dónde estamos parados. No tengo pensado por qué quienes estamos en edad de hacer ese tipo de trabajo no lo estamos generando. En lo personal, tengo una dificultad para mirar ese período, no sólo como historiadora, sino como intelectual, como una persona con intereses políticos y hasta como simple argentina (…) Quizás la generación que sigue a la nuestra pueda encarar esa exploración con preguntas que estén un poco más despegadas de la experiencia personal”. En: Roy Hora y Javier Trímboli, Pensar la Argentina. Los historiadores hablan de historia y política , Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 1994, p.103. Debe subrayarse la tarea desarrollada por Elizabeth Jelin en el Núcleo Memoria inscripto en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES) y por la colección de libros Memorias de la Represión que reúne los resultados del Programa desarrollado por el Panel Regional de América Latina del Social Science Research Council que ella dirigió junto a Carlos Degregori. Ver: Marcos Novaro y Vicente Palermo, Historia Argentina 9. La dictadura militar , Buenos Aires, Paidós, 2003; Juan Suriano (dir.), Nueva Historia Argentina. Dictadura y Democracia (1976-2001) , tomo X, Buenos Aires, Sudamericana, 2005. El Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género es dirigido por la Dra. Dora Barrancos. Y la Dra. Nora Domínguez es su Secretaria Académica. A. Andujar, N. Domínguez, K. Grammático, et. al. (comps.),Historia, género y política en los ’70, Buenos Aires, Feminaria, 2005, p.14 Forman el grupo: Andrea Andujar, Débora D’antonio, Fernanda Gil Lozano, Valeria Pita, María Laura Rosa, Alejandra Vasallo y Karin Grammático. Con el respaldo de D. Barrancos y N. Domínguez, y la habitual generosidad de la Lic. María Inés Rodríguez, directora del Museo Roca, se desarrollaron en la sede de esa institución, lasJornadas de Reflexión Historia, Género y Política en los ’70 ,tanto en el año 2004 como en el año 2006. En ambas contamos con la colaboración del equipo del IIEGE, Archivo Palabras e Imágenes de Mujeres (APIM), dirigido por la Dra. Mirta Lobato que expuso las muestras fotográficas: “Mujeres en acción: política y feminismos en la década de 1970” (2004) y “De pantalones anchos y vincha… Mujeres y militancia política en los ‘70” (2006). Participaron, entre otras, Graciela Sapriza, de Uruguay, Maria Lygia Quartim de Moraes y Ana María Collings, de Brasil, y Brenda Rodríguez Ramírez, de México. También estuvo presente en las jornadas del año 2006, la prestigiosa historiadora norteamericana Temma Kaplan quien dictó una conferencia magistral sobre cuestiones vinculadas al género y la memoria en el contexto latinoamericano. A. Andujar, N. Domínguez, K. Grammático, et. al. (comps.), op. cit. p.16 |
Pegado de <http://www.uba.ar/encrucijadas/40/sumario/enc40-mujeresypolitica.php>
Mujeres, género y política en la historia reciente.
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