Alberto Gato Gamboa,periodista popular

Alberto Gamboa: La historia del gato que siempre cae de pie


16/02/1962

Sus seguidores llegaban a hacer fila para contarle sus complicaciones amorosas por su conocido ‘consultorio sentimental’, mientras, los militares lo apresaban cada vez que incendiaba la opinión pública con sus titulares en El Clarín.

Por: P.Bañados, M.Bustamante, J.Moreno

Candentes eran los ejemplares que cada mañana se repartían en los kioskos de todo Chile en los 70’. El Clarín, bajo la dirección de Alberto, “Gato” Gamboa era el responsable de grandes disgustos de la oposición en el período de la Unidad Popular. Según el mismo ex director, la irreverencia va consigo y el miedo no es parte de su vida. Como preso político por tres años y blanco constante de sospecha, aprendió a caer de pie. Como testigo de sus 1.115 días de tortura, escribió ‘Un viaje al Infierno’ donde recopiló testimonios de sus compañeros de encierro e intentó reflejar la humanidad que existió, tras el período de mayores violaciones a los derechos humanos vivido en Chile.

A lo largo de la historia periodística, el rol informativo que ha cumplido la prensa se ha visto ligado a la política,  tanto como en beneficio de gobiernos oficialistas como también, fieles representantes de la oposición pública. Esta última función, es generalmente entorpecida por medio de la censura que ejercen los grandes poderes del Estado, el Golpe llevado a cabo por las fuerzas armadas en el año 73’ eliminó hasta la más mínima prensa de oposición. Sin embargo, la astucia del periodista de trincheras fue pieza clave para restaurar la historia y ayudar al retorno de la democracia. Alberto Gamboa, fue uno de los periodistas destacados por su rol ejercido durante las tres fases que vivió el país producto de la toma del poder; el antes, durante y el después.

Gamboa, nació el 16 de febrero de 1926, profesor egresado del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile jamás ejerció su profesión, a pesar de tener un curriculum diverso por el índole de sus trabajos, el periodismo ha sido el fiel reflejo de su pasión lo que demostró dedicándose a este por más de seis décadas. Gato, su apodo también lleva bastante tiempo haciéndole compañía, esto gracias al ingenio de su compañero de la Escuela Primaria, José Victorino Lastarria. En un principio, el interés periodístico de Gamboa se dirige al ámbito del deporte, ahí se desempeñó como reportero del diario La Opinión a la edad de 17 años. Su esposa, María Estela Urzúa sostiene que lo que potenció a Alberto fue su formación en la calle bajo un gran tutor, Morales Álvarez, quien aprovechó todo el potencial de Gamboa.

Triunfo de Allende y el ascenso de El Clarín

Una vez que Allende llega al poder, el diario El Clarín, ya contaba con una gran circulación nacional y el periodismo popular vivía su auge con la dirección de Alberto Gamboa en el diario. El dueño, Darío Saint-Marie, vio en Gamboa la audacia en la escritura y el reporteo, por esto le pide que sea él quien se encargue de los temas policiales, amorosos y sociales que presentará Clarín en cada edición.

‘Firme junto al pueblo’, era el eslogan del diario. Gamboa se esforzó por obedecerlo al pie de la letra, participando de cada actividad social que se realizara en poblaciones; reuniones sindicales, centros de madres o cumpleaños de personajes populares donde pudiera conseguir una buena historia. Para él cualquier hecho noticioso por insignificante que fuese tenía aristas interesantes, esto se reflejaba en su narrativa, simple y cercana pero abundante en detalles expresados en un lenguaje coloquial que cualquier chileno pudiese comprender.

La insistente preocupación de El Clarín por la clase popular, tenía un tinte político por medio.  El diario, era muy cercano al gobierno de Salvador Allende y el mismo, poseía vínculos amistosos con Saint-Marie y Gamboa. “Allende siempre fue amigo nuestro, naturalmente había que marcar distancia públicamente. Casi todos los días, Salvador iba en la noche a revisar que material íbamos a publicar en la mañana, tipo siete de la tarde. Tengo que decir que él jamás pidió censurar ni editar nada”, recordó  Alberto.

El talento del ‘Gato’ para titular era una gran herramienta para captar audiencia, algunos de los titulares más recordados de su autoría son; La Chabelita es liviana de sangre: tiene buenos choclos”, en alusión a la visita de la Reina Isabel a Chile o “Ramírez habló a poto pelado”, debido a la fotografía del futbolista sin ropa interior. “La mezcla de espectáculos y política era una mezcla sagrada para el éxito, podías divertirte, informarte y tener opinión propia, algo que hoy  no existe en ningún medio”, enfatiza el periodista Federico Gana, cercano a Gamboa.

Término de El Clarín y la libertad de Gamboa

La edición de El Clarín del 11 de Septiembre del 73’, no alcanzó a llegar a los kioskos, la principal razón, la complicidad del diario que sostuvo con el Gobierno de la Unidad Popular. En la madrugada, los militares allanaron las oficinas ubicadas en calle dieciocho y junto con otro grupo de periodistas, el Gato Gamboa fue llevado al Estadio Nacional en calidad de preso político. “El título que teníamos para ese día era más o menos así: ‘Curas engañan a los feligreses haciendo creer que el Golpe es panacea’, y bueno, no estábamos lejos de la realidad”, señaló Gamboa.

La estadía del Gato en el Estadio Nacional duró alrededor de tres meses y luego fue llevado a Chacabuco, la central más grande de presos políticos en Chile. Estuvo allí tres años y fue liberado en marzo de 1976. Durante su estancia en Chacabuco, su capacidad de reportear, además de sociabilizar otra vez se hizo presente, esta vez con la creación del diario mural redactado por los presos de la central y editado por Gamboa.

La experiencia terminó relatada en el libro de su autoría, “Un viaje por el infierno” que recopila testimonios de él y sus compañeros en Chacabuco, donde rescata el lado humano  tanto de los presos como algunos militares que se cruzaron en su camino. En su libro, Gamboa relata  que a su salida del centro Chacabuco,  logró comprender que “esa pelea de la mente y el espíritu, tan agotadora, la había ganado yo. De nuevo estaba entero”.

De vuelta a la vida, de vuelta al periodismo

La reinserción en la vida periodística que tuvo Gamboa durante la dictadura, fue un camino complicado para el periodista. “El Gato tocó muchas puertas, que se le cerraron, pero también hubo otras donde recibieron con los brazos abiertos. Lo que sí, ya no optaba a cargos como director por su asumida y conocida oposición al régimen de Pinochet”, aseguró su esposa. Ante las sugerencias de autoexiliarse el confiesa en su libro “No quería perder el vínculo con los que peleaban acá adentro, me gustaba el merengue y la lucha, aunque fuera silenciosa y completamente ineficaz”.

Un cargo importante en el que se desempeñó pasados los años más intensos de persecución política, fue como director en “El Fortín Mapocho”, que recogió parte de lo que fue la línea editorial de El Clarín, convirtiéndose en otro periódico de oposición. Uno de los titulares más famosos de la autoría de Gamboa en el Fortín, recorrió el mundo y decía así: “Corrió solo y llegó Segundo”, titular que aludía al plebiscito del 88’ con la campaña del Sí y el No. Esta frase lo llevó a la nominación del premio Internacional de Periodismo, Príncipe de Asturia.

Últimas andanzas en el periodismo

Alberto Gamboa, se retira del periodismo en el año 2010 debido a conflictos internos en el diario La Nación, donde se desempeñó como asesor alrededor de cinco años.  Anterior a eso, también trabajó en el diario La Época y La Cuarta (siendo Gamboa uno de los fundadores de éste último), además de la revista Ercilla donde acudió a la llamada del periodista, Emilio Filippi. Sin embargo, ninguno de estos diarios recuerda con tanta pasión y entusiasmo como El Clarín y El Fortín Mapocho. ¿La razón?, “Yo ya no veo ningún diario como antes. El diario que nosotros hicimos (El Clarín), era popular porque íbamos a la casa de la gente, cosa que hoy es poco usual. Yo dejé ‘las patas’ en la calle, no como ahora que el ‘hueveo’ es por Internet”, admite el Gato.

A raíz de sus vivencias como periodista antes, durante y después de la dictadura, el escritor y periodista Francisco Mouat, le propone a Gamboa escribir un libro, el cual se publicó en el 2010 titulado Las Siete vidas del Gato Gamboa Destacando su resiliencia en términos de tortura y profesionalismo.

Gamboa ha sido nominado en variadas oportunidades al Premio Nacional de Periodismo, el cual no ha ganado y se rehúsa a seguir siendo postulado. Sin embargo, ha ganado el Premio a la Trayectoria Periodística, otorgado por el Colegio de Periodistas de Chile, Premio a periodistas destacados de Chile por la Intendencia de Valparaíso, el Premio Camilo Henríquez y el Premio Bicentenario de Periodismo de Chile.

Su vasta experiencia en el periodismo, dejó un legado de la narrativa dirigida a la clase popular y le dio importancia a quienes eran marginados  de la agenda noticiosa. Se permitió ahondar en temas antes no abordados de manera llamativa y que produjo un acercamiento por parte de las capas bajas a la lectura de prensa. En palabras de su amigo, Federico Gana, jugó con la psicología y fisionomía de la sociedad chilena, logrando reflejar una realidad social impresionante.

IMÁGENES

Pres. Salvador Allende’s Official Portrait.

Presidente Salvador Allende,retrato oficial

World Press Photo 1973

Since September 16th, 2015, the Chilean National Library (Biblioteca Nacional de Chile) is the custodian of the Official Portrait of Chilean President Salvador Allende (1970-1973),captured at La Moneda Palace of government, the same day that Allende took office, on November 3rd,1970. Photo by presidential photographer Leopoldo Víctor Vargas (1933-2011).

Presidente Salvador Allende en Memoria Chilena

The photo, virtually disappeared since 1974, was donated to the Chilean National Library by Leopoldo Víctor Vargas’ widow, Erika Caroca Atenas, and their firstborn, Leopoldo P. Vargas (also a professional photographer), on behalf of Leopoldo Vargas and his family.

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Chili : «Maudit Allende», de l’orgueil au sacrifice

Eric Aeschimann

Publié le 06-12-2015 à 11h55

Un roman graphique reconstitue le coup d’Etat militaire de 1973 et dévoile un visage inattendu du président renversé. Un récit sombre, servi par le splendide dessin de Jorge Gonzalès.

AAllende»Maudit Allende», par Bras et Gonzalez. (Futuropolis)

Pour qui a grandi dans les années 70, Salvatore Allende, mort en le 11 septembre 1973 dans le palais présidentiel de la Moneda, au Chili, reste un symbole absolu. Un dirigeant socialiste, victime d’un coup d’Etat militaire financé par la CIA, ayant pour rival odieux Pinochet et ses lunettes noires, tandis qu’on coupait les mains des chanteurs engagés dans les stades de Santiago: voilà de quoi faire une légende noire.

Dans « Maudit Allende », le dessinateur Jorge Gonzalez et le scénariste Olivier Bras explorent cette légende avec une liberté rare. Ils décrivent un Allende en politicien orgueilleux, héritier d’une grande famille de Santiago, habité par l’ambition de rester dans l’histoire. Dans un discours retentissant à la tribune de l’Unesco, il avait accusé publiquement la multinationale ITT, s’attirant une ovation. Le 9 septembre, deux jours avant le coup d’Etat, Gloria, sa jeune maîtresse, le supplie de ne pas risquer la mort. Il n’a pas voulu écouter.

UPinochet pressé par son épouse

La couverture de l’album dit tout le paradoxe de l’homme. On y voit Allende assis sur ce qui ressemble à un gazon, tandis qu’un homme en costume gris (Pinochet?) se tient debout, derrière lui, vaguement menaçant. Une position qui marque à la fois la vulnérabilité et la sérénité.

Gonzalez est né en Argentine et vit à Madrid. Bras est journaliste, sans lien familial avec le Chili. Il a inventé l’histoire d’un jeune homme d’origine chilienne, dont les parents étaient des partisans de Pinochet, le général putschiste, et qui cherche à se faire sa propre opinion. C’est la trouvaille de l’album: une reconstitution montée par un regard méfiant. Le récit tragique qui en ressort n’en a que plus de force.

Du reste, sur Pinochet aussi, on en aussi apprend de belles. En quelques planches, Gonzalès et Bras campent un apprenti dictateur pusillanime, mais pressé par son épouse de rejoindre les militaires factieux. Vingt-cinq ans plus tard, le jour où Pinochet est arrêté par la justice anglaise, le narrateur reçoit un coup de fil de ses parents :

Ils sont furieux, ils me rappellent que cet homme a sauvé le Chili et que les Européens n’y comprennent rien.»

Retour au 9 septembre 1973. Pinochet a cinq enfants et c’est l’anniversaire de sa dernière fille. Pendant que les bambins soufflent sur les bougies, il reçoit dans son bureau les chefs de la marine et des forces aériennes. Ceux-ci le pressent se rallier. La planche suivante montre pleine page la silhouette crayonnée du général, dont on se demande s’il fut marionnette minable ou massacreur sanglant. Le fond est coloré d’un à-plat orangé, comme un ciel qui brûle.

Le 11 septembre 1973, palais de la Moneda, 9h du matin,
(«Maudit Allende», par Bras et Gonzalez, Futuropolis)

Les pages qui racontent la prise du palais de la Moneda par les troupes d’élite de l’armée chilienne sont à couper le souffle.

Il est à peine huit heures et un grande agitation règne au premier étage. Plusieurs conseillers du président sont arrivés beaucoup plus tôt que d’habitude.»

Les effets graphiques de Jorge Gonzalez livrent un sous-texte d’une grande finesse. En quelques cases, les perspectives solennelles des salons officiels se transforment en d’irréguliers coups de crayons, comme un pouvoir qui s’effiloche. Quand Allende se pose près du poste de radio, le menton posé sur la main, pour écouter le communiqué militaire annonçant le coup d’Etat, son visage est à la limite de l’abstraction : il n’est littéralement plus que l’ombre de lui-même.

Il s’enferme dans son bureau

Tout l’album est ainsi rythmé par des changements de plan, de découpage, de taille des cases, de coloris. Une partie des dessins semble des crayonnés inachevés, donnant un sentiment d’urgence. Mais des taches de couleurs spectaculaires viennent faire contrepoids : l’écharpe tricolore ceinte par Allende la veille du coup d’Etat ou le vert caca d’oie de la porte quand il inspecte une dernière fois les patios de la Moneda, quelques minutes avant l’assaut final.

Quant aux visages, ils expriment des subtiles nuances d’émotions. On signalera plus particulièrement l’entêtement presque enfantin d’Allende et la duplicité de Pinochet maquillée en devoir national. Deux naïvetés, en somme, l’une tragique et l’autre sanguinaire.

Le 11 septembre 1973, vers 14 heures, les putschistes proposent à Allende de s’enfuir en avion. Il a demandé à ses fidèles de cesser de résister. Il s’enferme dans son bureau.

Une dernière rafale retentit dans le bâtiment.»

Le mot suicide n’apparaît nulle part… Autant dire que «Maudit Allende» a notre bénédiction.

Eric Aeschimann

Maudit Allende, par Jorge Gonzalez et Olivier Bras,
Futuropolis, 124 p., 20 euros.

Maudit Allende

 http://bibliobs.nouvelobs.com/bd/20151117.OBS9674/chili-salvatore-allende-de-l-orgueil-au-sacrifice.html#xtor=EPR-2-[ObsActu17h]-20151206
Traducción google
 Noticias>   BibliObs>   Comics>  Chile: «Maldito Allende», el sacrificio de orgullo

Chile: «Maldito Allende», el sacrificio de orgullo

Eric Aeschimann

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Publicado el  06/12/2015

Una novela gráfica recrea el golpe militar de 1973 y revela una cara inesperada del presidente derrocado. Una historia oscura, servido por el espléndido dibujo Jorge Gonzales.

"Maldito Allende" por González y el brazo.  (Futuropolis)«Maldito Allende» por González y el brazo.(Futuropolis)

Que creció en los años 70, Salvatore Allende, murió el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio Presidencial de La Moneda, Chile, sigue siendo un símbolo absoluto. Un dirigente socialista, víctima de un golpe militar apoyado por la CIA, cuya odiosa rival Pinochet y sus gafas de sol, mientras que le cortaron las manos de los cantantes que participan en los estadios Santiago: eso es lo que hacen en una leyenda negro.

En «Maldito Allende», el diseñador Jorge González y guionista Olivier Bras explorar esta leyenda con una libertad poco común.Describen un político arrogante en Allende, heredero de una gran familia de Santiago, habitado por la ambición de pasar a la historia. En un discurso rotundo en el foro de la Unesco, acusó públicamente a la multinacional ITT, ganándose una ovación de pie. El 9 de septiembre, dos días antes del golpe, Gloria, su joven amante, rogándole que no correr el riesgo de muerte. Él no quiso escuchar.

Pinochet presionado por su esposa

La portada del álbum cuenta toda la paradoja humana. Muestra Allende sentado en lo que parece un jardín, mientras que un hombre con un traje gris (Pinochet?) Está detrás de él vagamente amenazador. Una posición que marca tanto la vulnerabilidad y la serenidad.

González nació en Argentina y vive en Madrid. Bras es un periodista, sin lazos familiares con Chile. Él inventó la historia de un joven de Chile, cuyos padres eran partidarios de Pinochet, golpe de estado general, y trata de formar su propia opinión. Esta es la conclusión del álbum: una recreación montado con cautela. La trágica historia que emerge sólo tiene más fuerza.

Por otra parte, en Pinochet también, aprendemos también hermoso. En algunas tablas, Gonzales y el brazo acamparon un aprendiz de dictador pusilánime, pero instó por su esposa para unirse a las facciones militares. Veinticinco años más tarde, el día Pinochet fue detenido por la justicia Inglés, el narrador recibe una llamada de sus padres:

Ellos están furiosos, me recuerdan que este hombre ha salvado a Chile y los europeos no lo entiendo «.

Volver al 9 de septiembre de 1973. Pinochet cinco y es el cumpleaños de su hija menor. Mientras que los niños soplan las velas, recibió en su despacho a los jefes de la Armada y la Fuerza Aérea. Instan a la manifestación. La siguiente placa muestra la página completa contorno del general, de los que uno se pregunta si era títere patético o asesino sangriento a lápiz. El fondo es de color de una naranja-plana, como un cielo en llamas.

Del 11 de septiembre de 1973, Palacio de la Moneda, 09 a.m.
(«Maldito Allende», de brazo y González, Futuropolis)

Las páginas que cuentan la toma del palacio de La Moneda por las tropas de élite de los militares chilenos son impresionantes.

Es apenas ocho horas, una gran agitación reina en el primer piso. Varios asesores del presidente llegaron mucho antes de lo habitual «.

Los efectos gráficos de Jorge González entregan un subtexto de gran finura. En algunos casos, los salones oficiales solemnes perspectivas se convierten en trazos de lápiz irregulares, como un poder que desenreda. Cuando Allende surge cerca de la radio, con la barbilla apoyada en la mano, para escuchar el comunicado militar anunciando el golpe, su cara está al borde de la abstracción: es, literalmente, una sombra en sí.

Se encierra en su oficina

Todo el álbum está tan marcada por cambios de plano, corte de cajas del tamaño de los colores. Parte de dibujos a lápiz parece inacabado, dando un sentido de urgencia. Pero salpicaduras dramáticos de colores vienen de contrapeso: la banda tricolor rodeado de Allende vísperas del golpe de Estado o puerta verde caca de ganso cuando inspeccionó por última vez los patios de la Moneda, minutos antes de la asalto final.

En cuanto a las caras, expresan los sutiles matices de la emoción. Mención especial debe terquedad casi infantil de Allende y Pinochet duplicidad disfrazado deber nacional. Dos ingenuo, en definitiva, una trágica y la otra sangrienta.

Del 11 de septiembre de 1973, a las 14 horas, ofrece a los golpistas a Allende para escapar en avión. Pidió a sus seguidores a dejar de resistirse. Se encierra en su oficina.

Una explosión final resonó en el edificio «.

La palabra suicidio no aparecer en cualquier parte … En otras palabras, «Maldito Allende» tiene nuestra bendición.

Eric Aeschimann

Maldito Allende, Jorge González y Olivier Bras,
Futuropolis, 124 p., 20 euros.

Maldito Allende

 

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Le prix Goncourt décerné à Mathias Énard pour son roman «Boussole»
01:37

Pedagogía del bienestar

Que nos está pasando? Que les está pasando a las semillas? Que hemos sembrado?

URBESALVAJE

la foto
Susana Bellido se preguntaba:
¿Qué nos está pasando? En la madrugada explotó una bomba en Santiago de Chile y con ella quien la manipulaba. Soy consciente que no es un hecho aislado en el mundo occidental. Crudas imágenes, crudo relato.
Anoche me dormí pensando en la propuesta de Ignacio Carrasco de escribir sobre la experiencia del Colegio Quillahua y me dormí con la cita de Bucay: ”Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol”.
Hoy me pregunto, ¿Qué le está pasando a las semillas? ¿Qué nos está pasando?
Y no podemos lavarnos las manos, los hechos son demasiado duros como para pensar que el problema está afuera de nosotros mismos. Pasa luego en Francia, pasa en México, pasa en muchos lugares de nuestro planeta. Pero volviendo a Chile, desde donde nos situamos, dice el psiquiatra Rodrigo Paz que somos un país brutalmente enfermo, y lo corrobora con estos antecedentes:
“Uno:…

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